sábado, 1 de septiembre de 2012

SANTA CRUZ MODERNA


La adopción de las tendencias arquitectónicas del llamado "movimiento moderno", principalmente del racionalismo funcionalista y formalista, coincide con el proceso de integración real de la ciudad con el resto del país y los países vecinos, principalmente Argentina y Brasil. Se inicia con la construcción de la sede de la Universidad Gabriel René Moreno (1939-41), que en realidad presenta un lenguaje Art Decó simplificado.

Poco después se construyen obras similares como el Instituto Politécnico (1947), Cine Victoria, el Hospital de Niños, un par de escuelas públicas y algunas residencias. Las soluciones funcionales son todavía tradicionales, y los volúmenes son revestidos con elevaciones desprovistas de decoración o galerías. Nuevos materiales son ensayados (ladrillo cerámico, tubos de cemento o acero, pisos de mosaico y hormigón armado) y se incorporan elementos y espacios funcionales desconocidos (chimeneas, cocina-comedor y garajes).

Desde fines de los años 40, algunas obras residenciales reproducen modelos internacionales, aunque se reconoce cierto grado de adaptación funcional. Una de las primeras viviendas (Calle Pari: 1947) reprodujo literalmente un proyecto publicado en una revista argentina sobre arquitectura y construcción.

El funcionalismo y el formalismo, las dos tendencias más sólidas del racionalismo, encuentran en la pujante Santa Cruz un espacio propicio para desarrollarse. Entre 1950 y 1970 se destacan las capillas del Pari y La Salle, los colegios Santa Ana y La Salle, el Gran Hotel Santa Cruz, los cines Santa Cruz y René Moreno y la Facultad de Veterinaria de la Universidad Gabriel René Moreno. La arquitectura moderna, enfatizando la vivienda aislada, configuró varios barrios residenciales como Hamacas, Petrolero, CONAVI y el más completo de todos: Equipetrol.

Se enfatizaron soluciones volumétricamente delimitadas, eliminando cualquier tipo de aleros protectores. Se prefirió la losa de hormigón armado y los grandes ventanales, a pesar de las condiciones climáticas. Los parasoles fueron más que todo aplicados decorativamente, ya que eran interpretados en ese marco.

Este proyecto de imagen urbana fué el primero promovido profesionalmente. Los primeros arquitectos, todos ellos formados en el exterior del país, no se limitan a construir nuevas tipologías arquitectónicas, sino que promueven un nuevo diseño urbano para orientar el explosivo crecimiento de la ciudad. Este es básicamente propuesto por el Plan Techint (1959-60) y confirmado por el Plan Regulador (1967). El nuevo diseño, en su Reglamento de Edificación estableció limitaciones volumétricas que descartaron la posibilidad de construir cualquiera de las tipologías anteriores, permitiendo exclusivamente ejemplos tipológicos enmarcados en el movimiento moderno. Sin embargo, el modelo no se aplicó fiel a la idea básica. Por un lado, el lote fué delimitado por una verja metálica que encerraba la vivienda, deformando sustancialmente el modelo de "ciudad jardín" conceptualmente propuesto. A pesar de todo, este tipo de cerramiento permitía apreciar el antejardín o retiro frontal obligatorio.

Por otro lado, la mayor parte de las nuevas unidades vecinales propuestas no se consolidaron en términos de infraestructura y equipamiento, siguiendo fuertemente dependientes del centro histórico para su abastecimiento. La notable expansión física de la ciudad se fundamentó en barrios con calles de tierra, sin veredas, con lotes públicos y privados baldíos, conformando una imagen urbana perimetral caracterizada por la precariedad. Sin embargo, el lenguaje adoptado para estos barrios se reconoce como moderno, desde las verjas y muros, hasta los cuartos aislados del fondo del lote.

Luego del fracaso tecnológico de los modelos importados, se buscaron soluciones menos radicales, mejor adaptadas a las condiciones ambientales locales. Esto no quiere decir que las soluciones se alejen de los modelos foráneos, simplemente éstos se aplican con mayor cuidado y mayor grado de adaptación. Se tienen entonces obras como las sedes de YPFB, Banco de la Nación Argentina, ENTEL, CRE, COTAS, Cooperativa La Merced, Banco Santa Cruz, Terminal de Buses, Hospital y Caja Petrolera, y CORDECRUZ.

De hecho, el movimiento moderno como lenguaje expresivo domina la imagen urbana cruceña, gracias a la popularización de la tecnología del hormigón armado y la simplicidad morfológica. Mientras las soluciones especulativas terminaron reemplazando importantes sectores del centro histórico, se determinó morfológicamente las nuevas zonas comerciales (Mercado Los Pozos y Siete Calles) y el sector industrial.

La decadencia conceptual de esta tipología entre el gremio de los arquitectos, especialmente entre las nuevas generaciones, no impide su sobrevivencia, con eventuales atisbos de vitalidad. También sobrevive gracias al ropaje posmoderno con que se reviste los volúmenes.

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